Semana Mundial del Parto Respetado 2013
Esta
semana celebramos la Semana Mundial por el Parto Respetado. Y me paro a
pensar en el sentido de estas palabras... ¿tendrán el mismo significado
para todas las personas que la celebramos? ¿buscaremos todas lo mismo
cuando hablamos de Parto Respetado? ¿Qué es, para mí, un parto
respetado?
Me doy cuenta de que a lo largo de los años yo
misma he ido cambiando alrededor de este concepto. Hace años, cuando
decía parto respetado quería decir parto natural. Más tarde empecé a
darme cuenta de que "parto natural" era una expresión vacía, una
expresión que nos confundía y aún nos confunde, que en muchas ocasiones
se confunde natural con vaginal, por muy poco de respetado o por mucho
de intervenido que tenga el parto.
Así que empecé a
identificar parto respetado con parto fisiológico. Un parto sin
intervenciones, un parto en el que nadie hiciese nada que la mujer no
necesitase y en el que se dejase a la mujer en paz, con sus tiempos y
sus ritmos. A la madre y al bebé. Y entonces me dí cuenta de que muchos
partos dejan de ser respetuosos ahí mismo, en cuanto el bebé llega.
Parece que el miedo y la prisa nos atenazan y el bebé ya no es digno de
ser respetado.
Por eso ahora, para mí, un parto respetado es
aquél en el que tanto la madre como el bebé son mirados como personas
con plenos derechos. Las necesidades fisicas y emocionales de ambos,
conocidas por quienes les atienden; sus cuerpos y sus sentimientos
cuidados con mimo, sus tiempos, lentos o no, esperados y aceptados, sus
miedos, sus voces, sus gritos y silencios, entendidos y atendidos. Un
parto respetado es aquél en que los protagonistas son, precisamente,
madre y bebé... la una pariendo, el otro naciendo... y todos los demás
sólo figurantes.
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