Este año parece ser mi particular
año de cambios. Cerrar y cerrar puertas. Abrir y abrir ventanas. Salir de
espacios conocidos, de lugares en los que llevaba tiempo acomodada y calentita,
para aventurarme y embarcarme en nuevos proyectos, nuevas aventuras… más allá
de lo que hasta ahora era mi casa y mi terreno propio.
Este año parece que todos los
lugares de los que me he sentido parte de repente se me han hecho extraños, y
mi energía ha ido volcándose en otras direcciones.
E irremediablemente, nuevas
travesías implican nuevos rumbos, nuevas brújulas y nuevas compañías. Y este
año a mí me ha llevado a dar la mano a dos mujeres increíbles, con un sueño
maravilloso entre las manos, y con quienes espero poder viajar mucho, mucho
tiempo.
Este año, hundo mis raíces en Tierra Roja, donde acompañaré a Laura
Rodríguez Sayd y a Teresa Muñoz Guerra en varias e interesantes propuestas que
espero os sean tan, tan apetecibles como a mí me está siendo empezar a andar de
su mano.