miércoles, 8 de octubre de 2008

Las rabietas infantiles... o cómo comprender lo incomprensible

Artículo publicado en el nº 1 de la revista "CRIAR"

Todos hemos oído hablar de las rabietas. Hablamos de ellas con total normalidad, como algo completamente integrado en nuestro día a día, y los que somos padres nos preguntamos unos a otros con naturalidad “¿tu hijo ya ha empezado con las rabietas?” como cuando preguntamos si les han salido los dientes o si ya sabe ir en bicicleta.

Ahora bien… ¿qué es una rabieta? Rabieta viene de rabia… para mí una rabieta es una demostración explícita y explosiva (con rabia, con ira) de un malestar, de un desacuerdo, sea éste importante o no a ojos de quien contempla el cuadro. Y rabietas las tenemos todos, niños y adultos. Lo que ocurre es que a medida que nos vamos haciendo mayores vamos aprendiendo a canalizar la rabia y los enfados, vamos comprendiendo más nuestro entorno y el por qué a veces las cosas no son como esperamos, y sobre todo… aprendemos a no demostrar muchas de las cosas que sentimos porque parece ser que no está bien visto.

Pero ¿cuándo se produce una rabieta y por qué? Es una rabieta esa escena en una tienda de un niño gritándonos enfadado que quiere ese juguete, lo quiere, lo quiere y lo quiere; o el otro que se tira al suelo porque no quiere irse del parque; o la niña que da patadas al aire mientras grita “No te quiero”; o la que tira al suelo a manotazos un puzzle a medio montar. Pero también tiene una rabieta ese adulto que pega un puñetazo en la mesa mientras habla con el asesor técnico de su compañía telefónica, o el conductor que le grita y le da bocinazos al de delante porque no va más rápido. En realidad, se producen las rabietas fundamentalmente cuando nuestro enfado o nuestro malestar no encuentra una salida lógica. Cuando nos quedamos sin argumentos, cuando nuestra rabia es tan grande que sólo nos queda abrir la válvula de escape. En los adultos pasa menos porque, como ya he dicho, somos capaces de comprender mejor las cosas que van pasando a nuestro alrededor, de otorgarles una explicación y tenemos mayor capacidad de espera. Pero en los niños no ocurren estas cosas, y aun en el caso de que comprendan, de que entiendan que tienen que esperar, que hay que ir a casa porque hay que cenar, que se den cuenta de que el puzzle no tiene la culpa de que ellos no encuentren la pieza correcta, aun en esos casos, los niños no saben “aguantarse” la rabia. La rabieta es la expresión de sus sentimientos, de la frustración que están sintiendo en ese momento porque no pueden obtener aquello que desean… y es legítimo que lo expresen. No podemos pretender que, además de amoldarse a nuestras necesidades, ritmos y tiempos, además de intentar aprehender conceptos como el tiempo y la generosidad, se queden callados, tendremos que aceptar que lo único que les queda, en muchas ocasiones, es “el derecho al pataleo”, en su más gráfica acepción.

En general, coincido con Aletha Solter en que la mayor parte de las situaciones que provocan esas rabietas en nuestros hijos se pueden agrupar en tres tipos:

  • El niño tiene una necesidad básica (hambre, sed, sueño…) que o bien no estamos viendo o bien, aunque la veamos, no podemos satisfacer en este momento. Imaginemos a un niño de 3 años con hambre, en coche, camino a casa y en un atasco… aunque sepamos que tiene hambre y lo comprendamos, probablemente no podamos solucionar el problema; lo más habitual será una rabieta por parte del niño… ¿qué haremos? ¿reñirle por tener hambre? ¿reñirle porque llora? ¿gritarle?… nada de lo que hagamos le saciará el hambre).
  • El niño tiene información insuficiente o equivocada de la situación en la que nos encontramos. O bien pensaba que íbamos a quedarnos más rato en el parque, o no comprende por qué hoy, precisamente hoy, tenemos prisa en el súper con lo mucho que le gusta a él jugar en el carrito, o quizás él quería comprar cereales y nosotros sólo hemos entrado a por detergente. Pararnos a escuchar qué es lo que quiere o necesita (quizás sea cierto que se han acabado los cereales), así como explicarle con antelación que hoy vamos corriendo porque tenemos médico, o peluquería, o enseñarle un reloj y explicarle a qué hora dejaremos el parque puede ahorrarnos un mal rato a los dos.
  • El niño necesita descargar o liberar tensiones, miedos o frustraciones presentes o pasadas. Muchas veces los niños “aprovechan” cualquier mínimo detalle para entrar en una rabieta. Puede ser que estén enfadados o angustiados por cualquier otra cosa y la situación actual sólo sirva de detonante. Tal vez algo que ocurrió en la escuela, donde no se siente tan seguro como en casa, no sale hasta que está con nosotros, en confianza absoluta. En este caso, al igual que en los anteriores, cortar la expresión de rabia no va a hacer más que aumentar el malestar y dilatar en el tiempo la descarga.

Así, desde este punto de vista, no encuentro demasiadas situaciones “enrabietadas” que me parezcan dignas de reproche. Son, sencillamente, señales de alarma. Oportunidades. Para nosotros. Para intentar comprender qué nos está pidiendo nuestro hijo. Para saber si necesita algo de nosotros, tal vez algo material, pero quizás sólo una explicación para que el mundo tenga un poco más de sentido. Quizás, tal vez, sólo un poco más de tiempo con nosotros, o de tiempo a secas.

Así que, ante la pregunta de qué hacer cuando un niño tiene una rabieta, mi respuesta suele ser: nada. Es decir, comprender que es una demostración de lo que está sintiendo, y que por mucho que hagamos, no va a dejar de sentir. Podemos ignorarlo, reñirle, gritarle o castigarlo, y probablemente consigamos que no tenga rabietas, o que las tenga menos frecuentemente, o que las tenga menos vehementes, pero no conseguiremos que deje de sentirse mal por lo que está ocurriendo. Y conseguiremos, además, que se sienta culpable por sentirlo, cuando es absolutamente razonable que a veces se sienta disgustado. Así, ante un episodio como los que he descrito anteriormente, o cualquier otro similar, lo mejor que podemos hacer es esperar que pase, hablar con nuestro hijo si nos deja, decirle que entendemos que se siente mal por esta o aquélla razón, dar alternativas si existen, cogerle en brazos o sentarnos a su altura y aceptar el dolor que nos está mostrando. Al fin y al cabo, está siendo absolutamente sincero con nosotros, nos está confiando sus sentimientos y sus emociones, y no podemos hacer menos que aceptarlos. Ponernos de su parte, sufrir con ellos la frustración, ser realmente sus cómplices en un momento amargo será la mejor manera de que vayan comprendiendo el mundo, y lo harán con confianza plena en nosotros, que creceremos también si aprovechamos la oportunidad para profundizar en la comunicación con nuestros hijos.


miércoles, 20 de agosto de 2008

CONOCER A NURIA OTERO. Lactamor.

Mis compañeras de Lactamor estuvieron conmigo pasando una gran jornada... y ésto es lo que escribieron después. Gracias a Clara, Silvia y Begoña!

Conocer a Nuria Otero

“El puerperio es una apertura del alma. Un abismo. Una iniciación si estamos dispuestas a sumergirnos en las aguas de nuestro yo desconocido”.
Laura Gutman


“La lactancia conlleva una forma de vivir la maternidad . La naturaleza es sabia y establecer una buena lactancia a demanda supone estar en contacto continuo con el bebé, significa vivirse en fusión día y noche, dejar de ser una persona independiente y activa y convertirse en madre apegada a un bebé, el cual tiene su ritmo particular, su indiosincrasia como persona … Es como estar unidos por un nuevo cordón umbilical, esta vez invisible y blanco, pero casi tangible por la necesidad de estar en contacto con este nuevo ser que habita en el cuerpo pequeño de tu hij@.


A veces puede resultar duro, en este mundo de prisas, relojes y actividades continuas, simplemente estar con un bebé, adaptarse a unos ritmos lentos, pausados, conectados con la vida. Pero la sensación de notar su cuerpecito piel con piel suave, caliente, pequeño, bien pegadito, la maravillosa sensación de notar la leche fluir, esa emoción intensa de enamoramiento que viene con la leche y la ternura de ver al bebé… es tan poderosa que hace que nos podamos sumergir en esta locura tan femenina del puerperio con una fuerza especial, con la confianza en nuestro cuerpo, con el orgullo de ver crecer al bebé, alimentado sólo con nuestra leche, tan sano, tan alegre, tan vital.”
Isa
http://reddemar.blogspot.com/



¿QUIEN ES NURIA OTERO?

Nuria Otero es pedagoga, orientadora familiar y doula. En nuestra web hemos colgado algunos de sus artículos sobre temas de crianza. Es fundadora, junto con Susana Prieto Mori ( doula) de Proyecto Materna (www.proyectomaterna.es), un espacio en el que reflexionar sobre la maternidad en todos sus ámbitos: embarazo, parto, puerperio, lactancia, crianza, educación.
Imparte talleres de preparación emocional al post-parto en Coruña, allí nos fuimos buscando aprender un poco más de ese periodo tan desconocido que es el puerperio, buscando el poder ayudar a otras madres a entender ese marasmo de sentimientos que supone una maternidad recién estrenada. Un periodo para descubrirse a una misma y descubrir la falacia de la sociedad que nos rodea. Un periodo en que hay que ser muy valiente y firme para no dejarse llevar por la esclavitud de los convencionalismos sociales en torno a la crianza, todo el mundo sabe más que la nueva mamá sobre crianza, todo el mundo la cuestiona, todo el mundo opina sobre la lactancia, sobre el sueño del bebé, sobre sus necesidades, pocas veces entendidas. Desde LACTAMOR intentamos apoyar a la nueva madre, informarla, darle la seguridad de que nadie mejor que ella sabrá atender las necesidades de su hijo, es sólo cuestión de escuchar a su bebé y dejarse guiar por su instinto y sus sentimientos, algo tan sencillo que se vuelve sumamente complicado a veces…….muchas veces.
Resumir todo lo aprendido es difícil, cada una de nosotras se ha dejado llevar por lo vivido aquel día, por nuestra propia experiencia del post-parto, así lo hemos sentido y así lo hemos escrito, únicamente queriendo dejar abierta una puerta para que cada madre salga y explore y busque, dentro y fuera de sí misma.

NURIA OTERO, por Silvia:

Hace poco acudimos a un curso de atención emocional al posparto, impartido por Nuria Otero, doula, psicopedagoga y madre, en Coruña. Madrugamos bastante y además no habíamos dormido mucho por lo que nos temíamos pasar un día de curso complicadillo. Nada más lejos de la realidad, la constante interacción, el fluir de información, la cascada de experiencias transmitidas resultó ser muy gratificante…Mi hijo tiene ya 5 añitos y tengo algo lejano el periodo del puerperio, así que el poder reconocer de nuevo esas vivencias me supuso un reencuentro con mis emociones vividas, una oportunidad de observar desde la distancia el efecto que ese periodo dejó en mí. Del aprendizaje sobre mi misma, de mi ganancia en tolerancia, en paciencia, de mi coraje descubierto, de la autoestima recuperada, de la madurez…Una de esas jornadas que sirven de remanso en el camino para retejer urdimbres y refrescar en las aguas de la maternidad, vivida por las mujeres salvajes…La constatación emocionante de ver como podríamos cambiarlo todo si nos diéramos la oportunidad de vivir en plenitud…Y también de lo importante que es para las madres ser conscientes del periodo de apertura que supone el puerperio, del nacimiento que supone a una nueva realidad. Conscientes a su vez, para poder aprovechar esa tempestad sin zozobrar, disfrutándola incluso.
De Nuria me llevo su presencia, fuerte y sus vivencias de maternidad, que intuyo fueron de cambio y se ven a flor de su piel. De Inés su belleza celta y serena y el deseo de que ya sepa como disfrutar de su maternidad desde ahora y pueda aprovechar nuestras vivencias para hacerlo de una manera consciente y plena. De mis amigas Clara y Begoña, pues el rato que pudimos aprovechar para charlar por el camino, sobre todo, como no…de nuestros niños.

NURIA OTERO, por Begoña:

Hace mas de un mes que junto con Clara y Silvia acudí a un taller sobre preparación emocional al posparto, solo el hecho de compartir el día con ellas hacia de este algo especial, como especial fue conocer a Nuria Otero que fue quien nos impartió el curso y a Inés una futura mama con ansias de saber. Tanto Nuria como Inés, las dos embarazadas, con sus barrigas prominentes, me hicieron recordar mis partos y puerperios que con mayor o menor fortuna, ya pasaron, pero de los que guardo un recuerdo imborrable. Me hubiera gustado mucho contar con una persona como Nuria en esos momentos, te transmite esa tranquilidad y ese saber estar que tienen las personas que poseen el don de comunicar no solo con sus palabras sino con su cuerpo.
Me alegro mucho de haber compartido con todas ellas esas horas de confidencias, de nuestras experiencias, creo que todas habremos sacado algo positivo de ellas.

NURIA OTERO, por Clara:

El sábado 28 de junio salimos temprano de casa camino de La Coruña, aunque hubo que madrugar, fue muy gratificante compartir con mis amigas charlas y risas durante el viaje. Conocimos a Nuria Otero, pedagoga, orientadora familiar y doula, pero como todas nosotras, ante todo MADRE. Compartimos con ella el Taller de Preparación emocional al post-parto, junto con nosotras, Inés, una futura mamá en busca de conocimientos sobre el puerperio.
Sospechaba que Nuria me iba a gustar y claro que me gustó, Nuria es agradable, suave, dulce y a la vez tiene fuerza en sus palabras, hay algo en todas las mujeres en constante búsqueda del conocimiento hacia la maternidad que me fascina y siempre quiero aprender más y más de ellas. Mucho de lo hablado ya era conocido para mí, pero tenía la necesidad de no sólo escuchar lo que Nuria contaba sino de disfrutar de cómo lo contaba, lo más importante es la manera de comunicar, al final pasa el tiempo y te quedas con las anécdotas, los gestos, las expresiones de esa persona, lo que dice se te va desdibujando en el tiempo pero te queda su esencia, el camino iniciado para continuar la búsqueda.
Ella habló, nosotras hablamos, intercambiamos experiencias y vivencias personales de nuestro parto, puerperio, lactancia, ahondamos en ese periodo desconocido y poco tenido en cuenta que es el post-parto con sus luces y sus sombras, ese periodo que para muchas mujeres es un encuentro, a veces el primero de su vida consigo misma, es como si todo hasta entonces fuese mentira y de repente o bien se queda una en el fondo del pozo o bien emerge con más fuerza y más valor que nunca ante la vida.
Que suerte para Inés haber ahondado en el tema antes de ser madre, bueno, suerte no, ella ha buscado y ha encontrado, quería aprender, prepararse para esa nueva fase de su vida. Nuria y nosotras tres ya somos madres, Inés, embarazada, preguntaba pero sobre todo escuchaba, espero que para ella el encuentro haya sido tan interesante como para mí.
Es reconfortante saber que hay muchas madres, cada vez más que quieren tomar las riendas de su maternidad, de vivirla de forma consciente, que buscan un parto seguro y respetado, que quieren disfrutar de su lactancia más allá de los tiempos establecidos por la sociedad, que no se dejan llevar como robots por los convencionalismos y por el
“hay que hacerlo así”. Hubo un tiempo en que me sentí distinta, loca, a veces objeto de crítica…..amamantar, colechar, respetar al bebé…….no me importó demasiado, la familia siempre estuvo de mi lado, imprescindible para sobrevivir, fueron apareciendo madres, amigas ya conocidas algunas, otras nuevas, nos fue uniendo la lactancia y por ahí vino el resto, el deseo de vivir en armonía la crianza, el valorar y respetar a nuestros hijos como el futuro que representan.
Intentaremos transmitir a otras madres todo lo aprendido.
Me quedo con la imagen de Inés y de Nuria, embarazadas las dos, ¡que guapas!, rubia y delicadamente pecosa la primera, morena la segunda,con un precioso llamador de ángeles al cuello…………..




“Habían descubierto la comunicación profunda que sólo consiguen aquellos que tienen el coraje de vaciarse de contenidos y buscar en lo profundo de su ser lo que tienen para dar…”

Jorge Bucay “ Cuentos para pensar”

GRACIAS NURIA POR TU SABIDURÍA TAN NECESARIA PARA VIVIR UNA MATERNIDAD CONSCIENTE.