lunes, 20 de julio de 2009

Doulas, expertas en maternidad.

No son profesionales de la sanidad , pero su tarea facilita que la relación con estos sea más satisfactoria para todas las partes.

¿Desde cuándo existen en España?

La figura de la doula apareció en EE.UU. hace unos 25 años, a raíz de un estudio que demostró que las embarazadas que contaban con el apoyo de otras mujeres con unas nociones básicas sobre el nacimiento tenían menos problemas en el parto.

En España existen desde hace diez años. En poco tiempo el número ha aumentado notablemente, ya están presentes en casi todo el país y, además, su labor empieza a ser conocida y demandada.

¿Qué hacen?

  • Ayudan a las madres para que el embarazo, el parto y el posparto sean experiencias plenas, saludables, llenas de gozo y satisfacción.
  • Las cuidan para que puedan dar a luz sin miedo, amamantar sin problemas y descansar con su bebé sin sentirse culpables por no estar haciendo otras tareas.
  • Las acompañan para que la crisis vital que supone la maternidad no sea deprimente. Algunas participan en el proceso completo, pero otras se dedican únicamente al parto o al posparto. Por eso, antes de decir qué profesional nos interesa más hay que tener claro qué esperamos de ella y cuáles son nuestras necesidades reales.

Un regalo para mamá

El deseo de entender mejor los cambios propios del embarazo y el parto hace que cada vez más personas demanden la presencia y el acompañamiento de una doula ya desde el embarazo.

Y es que, contar con este apoyo es todo un regalo para la embarazada o la madre reciente. Muchas futuras mamás tienen miedos concretos, o no demasiado definidos: algunas buscan un tipo de parto en particular y necesitan que alguien les recuerde con frecuencia que son capaces de conseguir aquello que desean. La doula está ahí para ayudarles a lograrlo.

¿Cómo ayudan en el parto?

Estudios científicos demuestran que el acompañamiento de la doula facilita el proceso del parto: las contracciones duelen menos y se soportan mejor y hay menos necesidad de intervenir y de tener que utilizar fórceps o hacer una cesárea.

Para conseguirlo, la doula anima a la madre, refuerza su confianza y la ayuda a escucharse a sí misma y a elegir la mejor opción en cada momento.

Además, con todo su conocimiento logra que el parto sea menos estresante para el padre: le permite relajarse, decidir hasta qué punto quiere estar presente y le ayuda a acompañar a la parturienta de la mejor manera.

¿Y en el posparto?

Se encarga de cuidar a la madre para que pueda dedicarse en cuerpo y alma a su bebé. En los días que siguen al parto, llega a casa para asegurarse de que todo va bien y hace lo necesario para que el mundo siga funcionando mientras la mamá se dedica a su pequeño.

A veces se convierte en el paño de lágrimas y escucha a la madre que atraviesa una tormenta hormonal y emocional importante, y se asegura de conseguir que duerma lo suficiente y se alimente como es debido.

Toda una infinidad de tareas de lo más variadas con un solo objetivo: que la madre no sienta en ningún momento que no es capaz de seguir adelante.

¿Cómo convertirse en una?

No existe titulación oficial para ser doula. La mayoría son madres o mujeres que desean ayudar a otras madres y que combinan su experiencia personal con la formación adquirida en la lactancia , el parto y la psicología perinatal en distintos cursos.

Su especialidad es el respeto a la fisiología del parto y el conocimiento de las necesidades emocionales de la maternidad.

¿Cuánto cuesta su atención?

El precio varía de una doula a otra y también de unas provincias a otras. Además, no todas las doulas dan los mismos servicios (las hay de embarazo, parto y posparto, de parto y de posparto). Algunas asociaciones, como Mares Doules, sí tienen un precio unitario por algunos servicios concretos, como el de posparto (300 euros con 14 horas de visita).