jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Libertad de decisión?

Artículo publicado en NetMoms

¿Libertad de decisión?

Quiero escribir sobre la libertad de decisión y elección de las mujeres y me resulta difícil empezar. Tal vez porque es tan complicada la situación que cuesta encontrar las palabras para reflejar la realidad.

Vivimos en una sociedad en la que las mujeres (y los hombres) nos creemos con libertad para tomar nuestras decisiones. Sin embargo, cuando rascamos un poquito, vemos que no está tan claro. Es decir, vivimos en una sociedad en la que tenemos libertad para tomar decisiones que no cuestionen el sistema social, económico, familiar… en el que nos encontramos. Pero lo cierto es que cuando nuestras decisiones no están en consonancia con aquello que nos hace seguir felices y tranquilos, la cosa se complica. Y en temas como los que yo trabajo, donde aquello que creemos es la base de nuestra vida y nuestra identidad, todavía más complicado.

Me explico. Dar a luz y nacer… cuestiones que siempre han estado fuera de la palestra de lo socialmente expuesto, y por lo tanto relegadas al ámbito doméstico, de manera que las mujeres, sin criterio socioeconómico claro ni necesario, se ocupaban de ello. Sin embargo, en el momento en que estas cuestiones salen de lo doméstico para llegar a las instituciones sanitarias, se convierten en asuntos masculinos, y por ello, manejadas en función de criterios económico-empresariales (éxito, fracaso, producto, porcentaje de riesgo, gráficos de progresión temporal, etc.) Así, una cuestión íntima, perteneciente a la esfera de la sexualidad femenina, de repente se ve evaluada y analizada con criterios externos, propios del ámbito empresarial e incluso legal.

¿Cómo es posible, en estas condiciones, que las mujeres tomemos decisiones sabias sobre nuestros partos y los nacimientos de nuestros hijos? ¿Cómo se puede entender que nos hablen con el miedo entre los ojos cuando nosotras estamos creando vida y sintiéndonos invencibles? Porque en todo esto hay, además, una trampa… el hecho de haber cedido al lenguaje y al paradigma técnico-empresarial hace que parte de la información no esté al alcance de la mujer… sino sólo aquélla que es importante para mantener, como decía al principio, al sistema que funciona, que da seguridad, que da dinero y nos mantiene contentos y tranquilos.

Si realmente queremos que las mujeres (y los hombres) tomen decisiones, tendremos que darles toda la información. La que como sistema nos gusta dar para sentirnos bien, y la que no nos gusta dar… y aceptar que tal vez, la decisión, sea diferente a la que nos mantiene tan felices… aceptar que tal vez, la libertad de decisión hace que las cosas que creemos sagradas e intocables no lo son… aceptar que dar a luz o nacer, por poner un ejemplo, son procesos sanos y habitualmente fáciles, que el miedo no tiene cabida, que el éxito o el fracaso no dependen del reloj, y que devolver el poder a las mujeres sobre su cuerpo y el de sus hijos implica que los demás lo perdamos, nos apartemos y sólo observemos maravillados la fuerza que da a una mujer estar informada y decidir consciente.

lunes, 18 de octubre de 2010

La doula como agente de cambio

Ponencia presentada dentro del marco de las I Xornadas Universitarias Multidisciplinares para a Humanización do Parto (Universidade da Coruña) el 18 de Octubre de 2010.


Cuando preguntan qué es una doula, siempre contestamos que es una mujer que acompaña a otra en su proceso de convertirse en madre. Decimos que es una mujer que puede estar al lado de la madre, desde un punto de vista emocional, en cualquiera de los procesos que conforman la maternidad: la búsqueda de un hijo, el embarazo, el parto, el posparto o el difícil trance de la pérdida de un bebé.

La doula, en España, no está reconocida a nivel legal o profesional. Sólo está legitimada por el hecho, nada despreciable, de que cada vez más mujeres demandan su acompañamiento. Pero lo cierto es que ésta no es una figura nueva. La verdad es que si surge la figura de la doula es en respuesta a una necesidad. Y no es una necesidad creada o inventada.

Tradicionalmente, la mujer siempre ha estado acompañada en los distintos trances de la maternidad, pero esta labor de acompañamiento siempre se había llevado a cabo de forma espontánea, natural, no reglada, y no por mujeres específicamente dedicadas a ello.

Sin embargo, de una manera paulatina, y a través de la implicación de diversas causas como la imposición de la familia nuclear, las migraciones masivas y con ello la desvinculación de la familia de origen, la medicalización y hospitalización de los procesos de la maternidad, la irrupción del varón en los paritorios casi como una obligación y no como una opción, etc. etc. etc., empieza a hacerse sentir de forma consciente la necesidad de algo que antes era inconsciente y se hallaba colmado, como digo, de una manera natural y no planificada como necesidad sin identificar.

Ahora bien, las doulas, además de realizar su labor de manera específica, formada, organizada, con unos objetivos concretos para cada mujer a la que se acompaña, tienen otra diferencia fundamental con esa figura femenina que desde siempre ha estado acompañando a la mujer en su maternidad. Y es que las doulas, además del trabajo específico con cada mujer, tienen, como colectivo, a mi modo de ver, una doble e importante función: por un lado, como ya he comentado, la existencia de las doulas pone en evidencia una necesidad, una carencia de nuestros sistemas sanitario, social y familiar, y por otra, la existencia de las doulas, si la aprovechamos, puede ser utilizada como agente de cambio de esos sistemas.

Vamos por partes.

1. La doula como evidencia de una necesidad.

Las mujeres que nos dedicamos al acompañamiento no hemos decidido de motu propio inventarnos una ocupación. Muchas de nosotras, por no decir la mayoría, hemos llegado a este camino a través de haber sentido, en nuestro propio proceso, las carencias bien del sistema sanitario, del social o del familiar, cuando no de todos ellos a la vez. Asimismo, las mujeres que recurren a una doula demandan, cada una, que sea cubierta una necesidad diferente, pero que por la razón que sea no encuentran otro estamento o profesional que la cubra.

En este sentido, el hecho de que cada vez más mujeres contacten con una doula, pone de manifiesto una serie de carencias, necesidades o deficiencias. Podemos mencionar alguna de ellas para hacernos una idea:

*Falta de tiempo para una atención personalizada.

*Excesiva medicalización de procesos fisiológicos relacionados con la maternidad.

*Falta de referentes femeninos no contaminados por la imagen social dominante.

*Falta de redes femeninas cercanas y constantes.

*Desconexión de la mujer con el propio cuerpo y sus procesos.

*Intereses comerciales y económicos.

2. La doula como agente de cambio.

Como decía anteriormente… la existencia de las doulas, y el hecho de que cada vez más mujeres cuenten con una en su maternidad, pone en evidencia ciertas carencias.

Pero la idea no es regodearse en esas necesidades y dejar que sigan existiendo y sean cubiertas por un colectivo que está funcionando de una manera casi subterránea, invisible para el gran público. Las doulas debemos trabajar para propiciar el cambio, no sólo para aprovechar el hueco dejado por otros.

En este momento, al estar cerca de la madre y desligadas del sistema sanitario y sus obligaciones, tenemos la oportunidad, y la responsabilidad, no sólo de seguir evidenciando las deficiencias, sino de hacer algo para corregirlas. Debemos encontrar espacios de colaboración con los profesionales de la salud, pero también debemos trabajar para normalizar los procesos de la maternidad, que llevan tanto tiempo alejados de la mujer:

Reconectarnos con el embarazo y su naturalidad.

Aproximarnos al parto como una parte más de nuestra sexualidad y no como una enfermedad peligrosa que hay que pasar en un hospital hiper-tecnificado.

Conocernos y re-conocernos como mamíferas que saben y pueden alimentar a sus crías.

Aceptarnos y querernos como mujeres, con nuestra femineidad y nuestra fuerza, sin perder espacios públicos, sociales, políticos o domésticos.

Y por fin, volver a tejer las relaciones de conocimiento y sabiduría con otras mujeres, no para desaparecer de la escena, sino para aparecer en ella con protagonismo y empuje.

Las doulas acompañamos a las mujeres, sí, pero me gusta creer que también acompañamos a la sociedad en un cambio necesario para que la maternidad, y el nacimiento de nuestros hijos, sean tomados con la relevancia que de verdad tienen para nosotros. Y siempre digo lo mismo: ojalá, de verdad, ojalá algún día dejemos de ser necesarias. Ojalá las mujeres dejen de llamarnos. Será el mejor indicio de que hemos cumplido con nuestra misión.

Esta ponencia está dedicada a Jesusa Ricoy Olariaga, doula, educadora prenatal y amiga enciendecerillas. Que ha logrado prender en mí el fuego permanente del inconformismo.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Criar sin castigar

Charla para la semana mundial de la lactancia materna 2010.

Tomiño. Pontevedra.

Para hablar de lo que significa criar sin castigar lo primero que tenemos que saber es a qué nos estamos refiriendo. Porque lo cierto es que muchas personas dicen que no castigan cuando en realidad lo que quieren decir es que no pegan a sus hijos, o que no les encierran en una habitación hasta que se les pase el “berrinche”. Pero la realidad es que se castiga y mucho, porque es lo que sabemos hacer, es lo que hemos aprendido, es lo que nos han enseñado y nos cuesta mucho encontrar alternativas.

Un castigo es una herramienta de modificación de conducta. ¿Qué quiere decir esto? Más allá de lo que quiera decir a nivel psicológico o pedagógico, el hecho de que sea un medio para conseguir un fin es muy importante. Es decir, por mucho que nos intentemos convencer de los contrario, un castigo no es el resultado de una mala acción, sino que es una acción que se realiza con el objetivo de conseguir un resultado; no es un porque, es un para qué.

Utilizando un lenguaje psicopedagógico, un castigo consiste o bien en la aplicación de un estímulo negativo o en la retirada de un estímulo positivo con la intención de modificar o extinguir una conducta determinada en un sujeto. Por ejemplo, dar un cachete es aplicar un estímulo negativo, cancelar la visita al zoo que teníamos esta tarde es retirar un estímulo positivo. Pero ninguna de ellas es mejor (ni peor) que la otra, ambas se basan en el mismo proceso psicológico: conseguir que la conducta que no nos gusta tenga una consecuencia desagradable y por lo tanto, la persona (en este caso el niño) acabe por dejar de realizarla.

Es necesario aquí distinguir un castigo de una consecuencia lógica. Primero porque, como comentaba antes, un castigo no es una consecuencia, sino una acción en sí misma. Y segundo, porque otra de sus características es que es arbitrario, es decir, puedo elegir cualquier estímulo como castigo, esté o no relacionado con la conducta que quiero modificar. Por ejemplo, si no te comes las lentejas, no verás la tele. No hay conexión entre comer y ver la tele. En cambio, una consecuencia lógica es algo que no estamos imponiendo para modificar una conducta que a nosotros nos desagrada, sino que es algo que es inevitable. Ejemplo, si no dejas de asomarte a la ventana del 6º piso tendré que cerrarla… En este caso sí es una consecuencia, y se deriva directamente de la actividad que se está desarrollando que puede, por ejemplo, suponer un peligro potencial.

Pero volvamos a los castigos. Funcionan. Los castigos funcionan. Son fáciles de aplicar y sus resultados se obtienen con relativa prontitud. Entonces… por qué algunos padres, madres y profesionales abogamos por una manera de criar y educar sin castigar??

En primer lugar porque, como ya he comentado, los castigos son una técnica de modificación de conducta, y me pregunto en muchas ocasiones si estoy legitimada para modificar la conducta de nadie desde el exterior, otorgándome la potestad de decidir desde fuera lo que está bien y lo que está mal. Nuestros hijos pueden comportarse de una manera que nosotros no esperamos, que no compartimos, que no utilizaríamos, pero normalmente esa conducta no es gratuita, no está ahí para molestar (ni a nosotros ni a otras personas), sino que probablemente tenga alguna función (el niño nos manifiesta su malestar por alguna cuestión física o emocional –le duele la pierna, está disgustado porque su amigo no ha podido venir a comer, está enfadado porque ha tenido que ir a clase de piano en lugar de quedarse a jugar al fútbol-, el niño puede no conocer las consecuencias de alguna de sus actividades –puede no saber que ese jarrón que está usando para hacer experimentos de barro es una herencia de la bisabuela, puede no entender que nos duela horrores la cabeza- o simplemente tiene una necesidad que nos está comunicando… sueño, hambre, sed… o atención)

En segundo lugar, porque con un castigo no profundizo en la comprensión de la conducta que quiero modificar o eliminar. Es decir, el niño no aprende que hablar o cantar o gritar GOOOOL mientras mamá habla por teléfono hace difícil la comunicación de mamá… entiende que si mamá habla por teléfono mejor callarse porque si no me echan fuera, o me gritan para que no grite yo, o incluso me dan un cachete si protesto porque lo que tenía que decir era importante. ¿He aprendido algo sobre el respeto a los demás, sobre respetar los tiempos, espacios, conversaciones de los otros? O he dejado de hacer algo por miedo a las consecuencias?? He aprendido a tener miedo??? En este sentido, nos volvemos cada vez más dependientes de los demás, dejando de ser capaces de reconocer por nosotros mismos lo adecuado o inadecuado de nuestras acciones, y basando nuestra manera de comportarnos en la aprobación o desaprobación externa. Como motivación, bastante deficiente… como estilo de vida, casi lamentable.

Me gustaría hacer una mención especial a los premios y recompensas. Al flan de postre si te comes las verduras, a la chuche si acabas los deberes o a la pegatina con sonrisa si no protestas en todo el día. Los premios y recompensas son la otra cara de los castigos. Funcionan de la misma manera, aunque parezcan mucho más amables. También ponen el acento fuera de la conducta, y también nos hacen depender de los componentes externos para funcionar. Pero además, los premios tienen un agravante… y es que a medida que los niños crecen deben ir incrementándose en cantidad y calidad, pues a ningún adolescente le haremos recoger su habitación prometiéndole una pegatina.

Ahora bien, qué alternativas tenemos para criar y educar a nuestros hijos? Cómo podemos educarlos, criarlos, sin recurrir al castigo, al chantaje y/o a la amenaza. Básicamente, comprendiendo.

Comprendiendo en primer lugar que los niños tienen unas necesidades, unos tiempos y un uso del espacio diferente al de los adultos.

Comprendiendo que no existe una manera estándar de hacer las cosas, que lo que está bien y lo que está mal es relativo.

Siendo sinceros con nosotros mismos y preguntándonos por qué no estamos permitiendo cierta conducta, si es una cuestión realmente importante o es algo que se hace así porque siempre se ha hecho así.

De esta manera encontraremos muchos menos motivos de conflicto con nuestros hijos, y ellos se acostumbrarán a que cuando una cosa no puede ser, cuando negamos algo, cuando pedimos algo, cuando posponemos algo, será por una razón verdaderamente importante. Es mucho más fácil aceptar que no se puede hacer una cosa que aceptar que no se puede hacer casi nada, y entonces no es necesario recurrir a ninguna técnica educativa, psicopedagógica coercitiva pues los niños entienden simple y llanamente que no todo puede ser.

Por otro lado, es importante hablar con nuestros hijos. Dialogar y entender sus motivaciones. Y en ocasiones, cuando tienen razón, ceder. Ceder a su petición, a su comportamiento o incluso a su mal humor (bastante tienen a veces con aceptar que no es posible hacer algo para, además, aceptarlo de buen grado). Ceder nosotros es la manera de enseñarles a ceder ellos. Reconocer que nos equivocamos es la manera de enseñarles a reconocer los errores.

Este camino es difícil. Es más lento. Pero os aseguro que es infinitamente más gratificante. Increíblemente más divertido. Y por si alguien lo duda, también funciona.

sábado, 28 de agosto de 2010

¿Qué es una doula?

Este artículo fue publicado en la web Tu Comadre. Gracias a Irene Garzón por su confianza.

¿Qué es una doula?

Cuando me preguntan, siempre respondo: “Una doula es una mujer,
habitualmente madre, que acompaña a otras en su proceso de convertirse
en madre”.

Ahora bien… ¿qué quiere decir “acompañar”? ¿A qué me
refiero con “el proceso de convertirse en madre”?
Si bien utilizamos la palabra acompañar con muchísima frecuencia y en
multitud de contextos, lo cierto es que cuando intentamos definirla,
nos cuesta. Según el diccionario de la Real Academia Española,
acompañar es, entre otras cosas, “estar o ir en compañía de otra u
otras personas” y “participar en los sentimientos de alguien”. Así
pues, podemos ir acotando:
ESTAR CON = PRESENCIA
PARTICIPAR = EMPATÍA

Podríamos definir, pues, acompañar, como presencia empática o
presencia amorosa, que es algo que también se suele oír sobre las
doulas.

Sin embargo, pese a tener esa definición ante nuestros ojos, el
acompañamiento, tal y como lo entendemos las doulas, es difícil de
describir. Porque la realidad es que hoy por hoy, el acompañamiento
que hacemos las doulas, parece menos una ciencia que un arte, parece
menos un hacer que un ser. Así dicho, parece que lo que hacemos las
doulas no es nada, y está sujeto al capricho, la improvisación y la
inspiración. Sin embargo, la cuestión es que es muy complicado
describir con palabras aquello que sólo se comprende mediante la
experiencia compartida.

Las doulas decimos que acompañamos porque estamos con la madre, porque
nos posicionamos a su lado. Pero no de cualquier manera. No se trata
simplemente de estar al lado de la madre, sino también “del” lado de
la madre. Se trata, en definitiva, de una manera de estar, no de estar
simplemente. La pareja, la familia, los amigos también suelen estar
con la madre… pero las doulas estamos de una manera diferente, sin
estar condicionadas por la relación que previamente habíamos definido
con la mujer… Parece que al final, algo hacemos mientras estamos.

Suelo decir que acompañar es traducir, es entender lo que le pasa a la
madre, es comprender los procesos de la maternidad y acompañarlos sin
interferir, sin juzgarlos, sin intentar cambiarlos ni adecuarlos a lo
que creemos que debería ser o dejar de ser. Al igual que el traductor,
somos el nexo entre dos mundos que no se comprenden, y no
interferimos, no decidimos si es válida o no la información… nos
limitamos a hacer las experiencias de la mujer comprensibles, sin
modificarlas, sin poner nuestras propias experiencias en su lugar.

Seguimos… porque, al fin y al cabo, ¿qué hacemos las doulas?
Acompañar. Sí. Pero acompañar durante el proceso de convertirse en
madre. Y además, sin interferir ni juzgar. Somos una presencia
empática que no interfiere ni juzga. Una presencia amorosa que ayuda a
la madre a escuchar su instinto, sus deseos, pero sin intervenir si ve
que la mujer se aleja de ellos. Lo que hacemos las doulas supone
situarnos en el terreno de las emociones, y esto es, además de todo,
ir contracorriente, ir contra nuestra sociedad industrial, economizada
y monetarizada que no se puede permitir ni el deseo, ni el instinto
ni, por supuesto, que la máquina deje de funcionar como cada día.
Insisto, ¿qué hacemos las doulas? Porque resulta que, al fin y al
cabo, las doulas estamos, somos… ¿pero dónde y para qué? En el proceso
de convertirse en madre. Para la madre, para que pueda tomar
decisiones conscientes en los diferentes estadios de ese proceso.

Así pues, vamos a la segunda pregunta. ¿A qué me refiero con el
proceso de convertirse en madre? Personalmente, pienso que ese proceso
comienza en el instante mismo en que a una mujer se le pasa por la
mente o el espíritu la idea de que algún día será madre. Así, la
planificación, la preconcepción, la concepción… son aspectos tan
importantes de este proceso como lo son el embarazo, el parto o el
posparto… de los que habitualmente hablamos. De la misma manera, la
pérdida de un bebé, antes o después de haber nacido, también son
partes del proceso…

Veamos, pues, por partes, qué hace una doula mientras acompaña a una
mujer durante el proceso de convertirse en madre:
Antes del embarazo: A veces la decisión es fácil. Otras veces no
tanto. A veces las mujeres nos quedamos embarazadas a la primera.
Otras tardamos más de lo previsto. En todo ese proceso, contar con el
acompañamiento de una persona que nos sostenga, que nos escuche, que
no nos dé consejos, que no nos haga preguntas sobre qué tal va la
búsqueda puede ser algo muy beneficioso y tranquilizador para las
mujeres.

En el embarazo: Durante el embarazo la mujer empieza a cambiar. Y no
sólo de aspecto. Empieza a tener dudas, muchas veces a leer sobre
cuestiones que jamás se había planteado. Empieza a escuchar por
primera vez el nombre de muchas pruebas médicas de las cuales
desconoce el significado, pero tiene que hacérselas. Entra en la rueda
del control médico y el rendimiento de cuentas. La doula lo que hace
aquí es, fundamentalmente, traducir. Traducir toda la información
nueva, incomprensible a veces, contradictoria otras, amenazante en
muchas ocasiones para que la madre no sólo la entienda sino que
además, la pueda digerir, la pueda soportar y pueda decidir sobre todo
lo que parece ser, a priori, innegociable, pero que no es, ni mucho
menos, obligatorio. Una vez que la madre empieza a comprender el
lenguaje del mundo del embarazo y el parto, es cuando puede comenzar a
tomar decisiones… decisiones para su embarazo, para su parto, para sí
misma y su bebé.

En el parto: Durante el parto la doula se convierte en la guardiana de
la fisiología. Debemos saber en qué consiste un parto normal sobre
todo para preservarlo, para facilitarlo, para no interrumpirlo y velar
porque nadie lo interrumpa. Las doulas conocemos cuáles son las
necesidades fundamentales de la mujer que está dando a luz, y lo que
nosotras tendremos que hacer es intentar que esas condiciones se den
en el mayor porcentaje posible. Una cuestión fundamental que debemos
recordar es que las doulas NO SOMOS MATRONAS, por lo tanto, no
asistimos el parto, no velamos por su seguridad ni seguimos su
desarrollo… tan sólo estamos al lado de la madre sin interferir en el
trabajo del profesional que la asiste.

En el posparto: Durante el posparto inmediato, la doula
fundamentalmente velará por el establecimiento de la lactancia y se
preocupará de que las condiciones sean las óptimas de cara al vínculo
entre madre y bebé. Durante el posparto extenso las doulas hacen
preguntas. Escuchan a la mujer y vuelven a su primera función de
traductoras, pero esta vez, en lugar de traducir el lenguaje exterior,
intentan traducir el lenguaje interior, el de la propia mujer que a
veces no es consciente de lo que su propio discurso deja entrever.

Pérdida y duelo : Acompañar a una mujer que ha perdido un bebé no es
fácil. Sin embargo, pocas personas más solas que una madre en estas
circunstancias. Dar apoyo y sostén se vuelve fundamental en estos
momentos… sin que se note, sin que se vea, casi sin que se sienta…

Vuelvo al principio. Las doulas somos mujeres, habitualmente madres,
que acompañamos a otras en su proceso de convertirse en madre. Nada
más. Ni nada menos.

Mi bebé llora.

Entrevista sobre el llanto de los bebés aparecida en la web Reproducción Asistida.

Mi bebé llora.

AVERIGUA PORQUE LLORA TU BEBÉ Y QUE PUEDES HACER CUANDO LLORA

¿Por qué lloran los bebés?

Fundamentalmente, por dos razones.
La primera, para comunicarnos un malestar. Puede ser un malestar físico, quizás tengan frío, calor, hambre, que el jersey que llevan les pique o que les duela la barriga; pero también puede ser un malestar emocional, puede que quieran que los abracemos, que tengan miedo, que se sientan solos o nos echen de menos.

En segundo lugar, sabemos que a través del llanto eliminamos cortisol, una hormona que se segrega en momentos de estrés y tensión. Por lo que, el llanto también tiene una función “curativa”, es decir, alivia el exceso de estrés. En los bebés es muy importante pues no tienen otra manera de “descargar”. Los adultos vamos al gimnasio, o corremos, vamos al psicólogo o quedamos con amigos para contar cómo nos encontramos; los bebés sólo nos tienen a nosotros, y sólo tienen su llanto.

¿Y qué pueden hacer los padres?

En el primer caso, podemos hacer algo para que cese el llanto, abrigarlo, darle de comer, cambiarle el jersey o abrazarlo, y evidentemente, dejará de llorar.

En el segundo caso, deberemos aceptar que tal vez nuestro bebé necesite llorar para liberar la tensión que pueda haber acumulado. Esto no quiere decir que tengamos que dejar llorar a los bebés, sino que a veces nos vamos a encontrar con situaciones en las que, sin estar el niño enfermo y hagamos lo que hagamos, nuestro bebé va a seguir llorando, entonces no nos queda más remedio que aceptarlo, abrazarlo y esperar a que pase.

Pero si siempre hacemos caso de su llanto… ¿no se convertirá en un bebé caprichoso?

La experiencia me dice que no, que se convertirá en un bebé, y más tarde en un niño seguro de sí mismo, con confianza en los demás, porque aquello que ha necesitado ha sido resuelto por las personas que podían ayudarle en su momento.

Si, por el contrario, no hacemos caso de su llanto, es probable que se convierta en una persona insegura, que no sabrá en quién confiar y que pensará que sus problemas carecen de validez pues nadie lo ha atendido cuando más indefenso estaba.

Así pues… el llanto es como una alarma, ¿algo que nos dice que el bebé nos necesita?

Exacto. Siempre que un bebé llora es porque nos necesita. Está demasiado extendida la idea de que los bebés lloran para llamar la atención y que si respondemos, los malcriamos… Lo que yo creo es que si un bebé (o un niño, que es el mismo caso) pide atención es porque no la tiene, y si respondemos, no malcriamos, al contrario, criamos con amor y respeto por sus sentimientos.

lunes, 10 de mayo de 2010

El papel de la doula. La guía Infantil.

Entrevista aparecida en La Guía Infantil.

El papel de la doula.

El papel de la Doula. Entrevista con Nuria Otero Tomera

Quién es la doula y qué trabajo realiza junto a la embarazada

La doula es una mujer, habitualmente madre, que acompaña a otra en el proceso de convertirse en madre, antes o durante el embarazo, en el parto y en el postparto, como también en situaciones difíciles como puede ser la pérdida del bebé que esperaba.

Además de madre, la pedagoga Nuria Otero Tomera es una doula. Ella imparte cursos, talleres, realiza atención psicopedagógica familiar, es co-fundadora y vicepresidenta del Proyecto Materna, y vicepresidenta de la Asociación Criar con el Corazón. En esta entrevista a GuiaInfantil.com ella habla de cómo se realiza el trabajo de doula.

- En qué consiste el trabajo de la Doula. ¿Por qué es importante?

El trabajo de la doula, consiste en acompañar, en estar al lado de la mujer embaraza. Se trata de un acompañamiento fundamentalmente emocional (a veces también físico), estamos al lado de la mujer para brindarle apoyo, para que no se sienta sola en este momento. Las personas que nos acompañan a nivel personal y familiar (amigos, pareja, familia) aconsejan y muchas veces enjuician a la mujer en su toma de decisiones. La doula acompaña sin aconsejar ni enjuiciar, simplemente apoyando la toma de decisiones consciente de la mujer, dándole información, pero también soporte.

- ¿Qué beneficios aporta la doula a la mujer embarazada, antes y después del parto?

Estudios científicos han demostrado que el apoyo emocional que aporta la doula, se traduce en resultados muy importantes sobre el desarrollo del parto. Los datos recogidos en el estudio "A doula makes the difference por Nugent", revelan que:

1.Durante el trabajo de parto y el parto:
- reducción de las tasa de cesáreas en un 50 por ciento.
- reducción de la duración del trabajo de parto en un 25 por ciento.
- reducción de las peticiones de epidural en un 60 por ciento.
- reducción de un 30 por ciento en el uso de analgesia.
- reducción de un 40 por ciento en el empleo de fórceps.

2.Durante el post-parto, las mujeres que contaron con el apoyo de una doula 6 semanas después del parto:
- mostraron menos ansiedad y depresión post-parto.
- mostraron mayor confianza con su bebé.
- mayor satisfacción (un 71 por ciento de casos frente al 30 por ciento de los casos estudiados que no contaron con la presencia de una doula).
- mayor probabilidad de una lactancia exitosa (52 frente a 29 por ciento).

- Cuáles son los principales problemas a que se enfrenta hoy la mujer embarazada?

Nos enfrentamos a varios problemas. Por un lado, un sistema médico que nos considera enfermas, que convierte en patológico un proceso completamente normal. Y es muy difícil no dejarse envolver por el miedo, cuando los profesionales que nos atienden no confían en el cuerpo de las mujeres y en los bebés que están por venir.



Pero por otro lado, a la vez que el embarazo y el parto se viven como episodios riesgosos dentro de la vida de la mujer, la sociedad y el mundo laboral nos piden que sigamos al 100 por ciento de nuestro rendimiento. De esta manera, hagamos lo que hagamos, alguien nos va culpabilizar. Por otro lado, a nivel personal, en general tenemos mucho desconocimiento del embarazo y el parto como procesos fisiológicos. Y el posparto no existe. En cuanto se da a luz todo el mundo pregunta ya por el bebé y la mujer no puede permitirse no estar bien, no estar a gusto, porque lo importante, el bebé, está aquí y está bien... ¿de qué te puedes quejar entonces? Vivimos en familias muy pequeñas y tenemos muy poco contacto con embarazadas, parturientas y puérperas (tenemos contacto, pero un contacto social, no íntimo, no profundo) así que cuando somos nosotras las que estamos en el proceso no sabemos casi nada de lo que ocurre en realidad.

- Y el futuro papá, ¿puede contar con el apoyo y la orientación de la doula?

El padre normalmente cuenta con ese apoyo a través de la madre, aunque sí es cierto que muchos se interesan, preguntan y piden orientación directa, o consultan ellos por los problemas de la mujer. Depende mucho de cada pareja y de cómo se estructure la relación, así como del nivel de conciencia sobre la importancia de los procesos que tengan ambos.

- ¿En qué la doula se diferencia de la Matrona?

¡En todo! Somos figuras diferentes. La matrona es la encargada de atender, de asistir el parto normal, de observar y comprobar que el parto transcurre con normalidad y, si en algún momento se presenta una dificultad, saber actuar en consecuencia. También informan y acompañan, obviamente, durante embarazo y posparto, durante la lactancia.
El papel de la doula es otro. No es nuestra función asistir el parto, sino estar con la madre y acompañarla, sin tomar decisiones. Y durante el embarazo y el posparto nuestra relación con la mujer es más estrecha e intensa, se crean vínculos que, hoy en día, por las características de la atención sanitaria, la matrona no puede crear con las mujeres.

- ¿Qué característica debe tener una mujer para ser una doula?

Querer serlo. Saber estar, más que saber hacer.

- ¿Cuáles son las dificultades que la doula encuentra en su trabajo?

Actualmente, la mayor dificultad es el desconocimiento que existe sobre nuestro trabajo. Muchos nos confunden con matronas o piensan que porque no existe titulación oficial no hay formación, y eso no es cierto. Estudiamos mucho, aprendemos mucho, aunque no sea por los canales oficiales.

Nuria Otero Tomera

lunes, 26 de abril de 2010

Entrevista-chat en La Opinión.

En abril del 2010 participé en una interesante iniciativa. Una entrevista on-line para el periódico La Opinión, de A Coruña, donde los lectores me hacían preguntas y yo contestaba en directo.

Entrevista-chat con Nuria Otero Tomera, Doula.


Trabaja como Doula desde hace más de 4 años en A Coruña. Actualmente, junto con Beatriz Fernández (Técnica en Educación Infantil, Asesora de Porteo y Doula), organiza actividades de formación y talleres tanto para doulas como para embarazadas, parejas en espera de un bebé, madres y familias. Están a punto de abrir un centro en la ciudad dedicado a la maternidad. Nuria es, además de Doula, Orientadora Familiar, Pedagoga y Psicopedagoga.

1. Estoy planeando ser madre y me encantaría poder darle el pecho a mi hijo pero tengo el pezón retráctil y me da pavor que me haga daño o se me agriete el pezón, ¿es algo por lo que hay que pasar o hay formas de evitarlo?. Gracias.

» Hola... lo mejor que puedes hacer es confiar en tu cuerpo y en la capacidad de tu bebé para mamar. No tiene por qué hacerte daño ni tienes por qué padecer grietas. Por supuesto, si algo de eso te ocurriese acude sin falta a un grupo de lactancia en tu ciudad. Es algo que también puedes hacer durante el embarazo, para compartir todas tus dudas e inquietudes. Un saludo

2. hola, yo ya he tenido un hijo y el parto en el hospital fue lo contrario debido al ´trato´ recibido por los médicos. ahora estoy viendo la posibilidad de evitar que me ocurra lo mismo de nuevo, qué me recomiendas?

» Que busques alternativas, que te pongas en contacto con diferentes profesionales y/o hospitales para conocer de antemano cómo se funciona y quiénes van a atenderte. No sé en qué ciudad estás, pero busca información, puedes contactar con una doula para ir más segura a tu parto.

3. acabo de ser padre y me gustaría saber hasta cuando crees conveniente que se dé el pecho a un niño.

» Tanto la OMS como la AEPED (Asociación Española de Pediatría) recomiendan la lactancia exclusiva hasta los 6 meses de edad y la lactancia combinada con alimentación complementaria hasa los 2 años. Y a partir de ahí, hasta que madre y niño quieran.

4. Estoy preocupada por que aún no he conseguido dejar de amamantarlo a los 3 años... el niño siempre me pide pero creo que ya es muy mayor ¿alguna sugerencia para dejar de hacerlo de la forma más conveniente para él?

» Si realmente estás convencida de que no quieres amamantarlo más, tendrás que empezar por explicárselo. Con 3 años es capaz de comprender no sólo los hechos, sino también las emociones de los demás, y si tú ya no estás a gusto puedes contárselo y empezar a buscar soluciones juntos.

5. Tenemos una niña recién nacida y duerme con nosotros todas las noches. ¿Crees que esto es bueno? Todo el mundo nos critica por esto.

» Dormir con los niños es una práctica bastante más extendida de lo que se suele admitir. El hecho de dónde y cómo dormir es algo que cada familia debe decidir por sí misma, valorar quéi les gusta, cómo se encuentran más cómodos y actuar en consecuencia.

6. A función de Doula substitúe a de matrona, quero dicir, si contacto con unha doula pódeme asistir no parto?

» Non. As doulas non asistimos partos. Acompañamos á nai a nivel emocional, pero non somos as responsables de velar polo bo desenrolo do parto. As doulas e as matronas son complementarias, pero non se pode sustituír o papel dunha pola outra.

7. hola. he estado viendo alternativas al parto ´normal´ medicalizado y he visto que ciertos hospitales comarcales realizan protocolos más ´naturales´. sabes algo del tema? cuál te parece el mejor hospital de galicia para un parto natural?

» En nuestra comunidad actualmente hay varios hospitales que tienen protocolo de atención de baja intervención. Los que llevan funcionando más tiempo son el de CEE (Virxe da Xunqueira) y el de Vilagarcía de Arousa (O Salnés). El último, además, es Hospital Amigo de los Niños... el problema es que en ambos se atiende sólo a mujeres de su ámbito de influencia.

8. doula? qué es eso?

» Somos mujeres que acompañamos a otras en su proceso de convertirse en madres. Damos información, apoyo emocional y físico durante el embarazo, el parto y el posparto, y apoyamos a la mujer en la toma de decisiones conscientes para sí misma y su bebé.

9. ¿En que consiste el trabajo de una Doula?

» Como comenté antes, nuestro trabajo consiste en acompañar durante el embarazo, el parto y el posparto. Se trata de dar apoyo emocional, físico e información sobre los diferentes procesos, de manera que las decisiones que se van tomando sean conscientes. Es importante conocer cómo funcionamos, tanto a nivel físico como emocional, cuando estamos en ese proceso de convertirnos en madres, para poder conectarnos mejor con nosotras mismas y con nuestros bebés.

10. por lo que veo eres una especie de matrona en casa... y si existe algún problema en el parto? no te parece muy arriesgado no tener a doctores cerca?

» No, no somos matronas en casa, para nada. Somos algo diferente. Ya comenté antes que nuestro trabajo complementa al de la matrona (que sí es la profesional que debe asistir al parto), pero las doulas no los asistimos, ni en casa ni en ningún sitio.

11. una vez vi un reportaje sobre los partos en holanda y vi que la mayoría de los partos eran en casa, es esto lo que hacéis?

» No, acompañamos tanto en casa como en el hospital, y como ya he dicho, no asistimos los partos... sólo estamos con la madre a un nivel no médico.

12. Hola. Tengo la impresión de que las doulas propugnais el parto natural y no instrumentalizado. ¿es así? ¿por qué?

» No creo que las doulas propugnemos nada. Acompañamos a las mujeres. Intentamos que conecten con su cuerpo, con su mente y su corazón y decidan lo más libremente posible lo que desean para su parto. Personalmente, acompaño tanto partos naturales como partos hospitalarios medicalizados... acompaño a la mujer, vaya a donde vaya.

13. Quería saber dónde organizáis las actividades y de qué tipo son las mismas. Es que he visto en una tienda ecológica folletos de actividades para embarazadas en Coruña donde aparecía tu nombre; son esas las que organizas?

» Efectivamente esos folletos que viste seguramente eran nuestros. Desde "Ser Doulas", que es como nos llamamos, organizamos diferentes actividades dirigidas a futuras madres, parejas en espera de un bebé, padres y madres y personas interesadas en general. Este mes inauguraremos un centro en A Coruña donde hemos preparado un programa que creemos que ayudará a muchas mujeres y parejas. Se podrán ir consultando nuestras actividades en el blog www.serdoulas.blogspot.com

14. hay grupos de lactancia en a coruña? dónde?

» En Coruña hay varios grupos de lactancia. Alma, Criando, Kanguras (este es grupo de lactancia y crianza)

15. he leído aquí que llevas más de cuatro años trabajando como doula. seguro que habrás ayudado a muchísimas mujeres a llevar su embarazo y postparto. guardas relación con ellas y con sus hijos/as? debe ser muy bonito tu trabajo

» Con muchas mujeres sí guardo relación. Algunas se convierten en amigas, por supuesto... Y sí, mi trabajo es precioso... al menos a mí me encanta.

16. hola nuria. una duda. tengo una niña de 16 meses y aún le doy una toma de pecho por la noche pero ya casi no toma nada. es bueno que siga dándole pecho o no me merece la pena?

» Personalmente creo que ese momento de contacto entre vosotras, ese espacio que creáis, es bueno para ambas. Si ella está a gusto y a tí no te crea ningún problema, es maravilloso que podáis continuar. El pecho no es sólo la leche, es también el contacto, el calor, el amor y la relación entre vosotras.

17. Yo hasta ahora no sabía que existíais las doulas pero me parece una figura interesante. Hay muchas doulas en A Coruña?

» En Coruña hay varias doulas trabajando y algunas actualmente formándose. Será un equipo maravilloso en cuanto acabe.

18. qué hacer cuando ya hay grietas y los pezones duelen?

» Acudir inmediatamente a un grupo de lactancia. Es donde mejor pueden comprenderte y ayudarte para solucionar cuanto antes lo que sea que te esté pasando.

19. Hola Nuria ¿Cual es para ti la parte más dificil de tu trabajo como Doula?

» ¿La parte más difícil? Aprender a no juzgar a las mujeres a las que acompaño. A veces alguien desea algo muy diferente a lo que tú desearías, y comprender y aceptar que cada uno toma sus propias decisiones, que la teoría es una cosa pero que cada persona tiene sus circunstancias, su vida, su trayectoria... ufff...

20. las doulas...¿acompañais también en el proceso a los padres que esperan bebés o que acaban de tenerlos? porque a muchos les hace mucha falta...

» ¿Te refieres a los hombres? Sí, claro... normalmente el trabajo es con la mujer, pero evidenteme durante el embarazo y el posparto la pareja está ahí y bien a través de ella, o bien a veces directamente, se acompaña a los padres en ese nuevo camino de la paternidad.

Muchas gracias a todos por vuestro interés. Ha sido un placer contestar vuestras preguntas y acercaros un poquito esta tarea que realizamos. Un gran abrazo Nuria Otero. Ser Doulas.